La luz que guía mis pasos

 

         https://www.eldiariocantabria.es/articulo/cantabria/ruta-centinelas-mar-cantabria/20170203195000025266.html


¿Quién no ha empleado alguna vez la expresión: “errar es humano”? Por una parte, nos sirve para justificar nuestras equivocaciones dando a entender que le puede pasar a cualquiera. Por otra, atribuye a la naturaleza humana la capacidad intrínseca de cometer un error. Y remarco intrínseca porque la expresión pretende afirmar que es propio del ser humano errar. Es algo que pertenece a su ADN. 

 

Sin embargo, la realidad es muy distinta. El ser humano está programado, lleva en sus genes, la capacidad de conocer y elegir el bien, y conocer y rechazar el mal. Es decir, que errar es una posibilidad, lo comprobamos en nuestras carnes constantemente, pero es eso, una posibilidad, como lo es también la posibilidad de elegir el bien.

 

¿Esto a qué se debe? Se debe a la sindéresis. Entiendo que el lector (o lectora por aquello del lenguaje inclusivo y para que nadie se sienta discriminado o discriminada), en estos momentos, puede estar pensando “vaya rollo me van a colocar”, o “uf, no me interesa”. O quizás yo sea un mal pensado y el lector o lectora ha entendido que esto es una cuestión fundamental para su existencia y seguirá leyendo hasta el final.

 

Entiendo también que el término o concepto de sindéresis no le dice mucho, por no decir nada. Pero si te digo que es una guía entonces a lo mejor te resulta más fácil comprender el significado y su importancia. Porque la sindéresis es precisamente esto una guía que nos ayuda a distinguir el bien del mal, y que se rige por el siguiente principio: el bien ha de buscarse y hacerse, y el mal ha de evitarse

 

¿Y esto cómo lo hace? El ser humano está programado con un código que se llama ley natural, mediante la cual puede conocer el bien y el mal. ¿Esto significa que estamos determinados? No. Yo puedo conocer lo que está bien y lo que está mal; puedo distinguirlos, y buscar lo bueno… Ahora bien, también tengo que elegir entre uno y otro. Ni la ley natural, ni la sindéresis evitan la elección. No anulan mi libertad.

 

Santo Tomás de Aquino dirá que la sindéresis es “la luz de la razón natural, por la que discernimos entre lo bueno y lo malo”. Dicho de otra manera. Imagina que quieres llevar un barco a tierra. Es de noche y no hay radares, ¿cómo evitas estrellarte contra las rocas o que el barco encalle en una playa? Necesitas la luz del faro que te guíe hasta el puerto. Tú, como capitán, puedes elegir la ruta que tomar. El faro lo ves. Tienes su luz que te dirige. Ese faro es la sindéresis, la luz que guía tus pasos hacia el puerto seguro.

Comentarios

  1. Para mi la luz que ilumina mi sendero es la Palabra, la Buena Noticia que se hizo hombre en Jesucristo

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