¿Y si volvemos?


Desde hace tiempo estoy pensando en volver a escribir en el blog que comencé hace algunos años. Leer, a través de Twitter, algunos artículos me ha traído a la memoria todo lo que aprendí escribiendo sobre temas variados y especialmente sobre las lecturas de los domingos. Gracias a las estadísticas de Google pude averiguar que aquellos artículos los leían en Rusia y en China. Incluso supe, no me acuerdo como, que en este último país lo habían bloqueado.

Deje de publicar artículos porque la vida no me daba y menos cuando las distintas tareas pastorales y cargos anejos comenzaron a acumularse. Entonces, ¿por qué volver ahora? No sabría decir, por muchas razones y por ninguna.

        Reconozco que me gusta escribir. No sé si lo hago bien o mal, pero poner negro sobre blanco los propio pensamientos me ayuda a reflexionar.  En cierta ocasión, por medio de un tercero, envié una biografía histórica que estaban escribiendo a un historiador de renombre, o al menos había escrito y publicado mucho. La respuesta que el intermediario me transmitió fue: “Me ha dicho que no está mal. No es como leer a Cervantes pero no está mal”. 

            Tampoco ahora pretendo ser Cervantes, ni Quevedo ni Lope de Vega. Ni siquiera soy tan audaz como para ponerme al lado de algunos de los escritores a los que sigo a través de las redes sociales, como Esperanza Ruiz (@EsperanzaRuiz), Carlos Marín-Blázquez (@marin_blazquez), Ricardo Calleja (@ricardocrc), Maura Mores (@MauraMores90) o Mariona Gúmpert (@MarionaGumpert), por citar sólo algunos, y espero que muchos otros no se enfaden por no mencionarlos. Me pongo detrás de ellos y a mucha distancia como “aprendiz de brujo”, dicho sea con todo respeto y admiración hacia ellos.

            ¿Qué pretendo? Lo que pretendo como sacerdote que soy, ser un poco mejor cada día, acercarme y amar un poco más al Señor y, si puedo, ayudar a otros, me conformo con uno, a estar más cerca de Dios y que sea también mejor persona, porque no se da lo uno sin lo otro, aunque no sea de forma consciente, porque detrás de toda obra humana buena se percibe la presencia de Dios.

            Tampoco pretendo escribir artículos excesivamente extensos. No soy tan pretencioso. Podría aplicar aquello de “lo bueno si breve…”. En este caso no sé si será bueno, pero si es breve, el sufrimiento será menor. 

            No sé ni el tiempo que va a durar este nuevo periodo, ni adonde me va a llevar. Tampoco importa, total son consideraciones sin importancia. 

Comentarios

  1. Pues si vuelves, intentaré seguirte. Seguro que aprendo

    ResponderEliminar
  2. Hola querido Andres ! Que bueno que has retomado el Blog, te seguiré y me gusta mucho tu manera de pensar/vivir la cotidianeidad: "me conformo con uno, a estar más cerca de Dios y que sea también mejor persona, porque no se da lo uno sin lo otro, aunque no sea de forma consciente, porque detrás de toda obra humana buena se percibe la presencia de Dios." Un abrazo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La conciencia escrupulosa y la conciencia delicada

¡Qué paciencia!

Un puro acto de fe