Antes de morir
¿Qué
es aquello que así nos cegó para hacer de la eternidad tiempo y del tiempo
eternidad? Así han despreciado los hombres el eterno bien que Dios en el cielo
les promete... pues no procuramos ser ciudadanos de allá (San Juan
de Ávila)
Antes de morir es una
novela de Jenny Downham que cuenta la historia de Tessa, una joven de 14 años a
la que le han diagnosticado un cáncer de pulmón. La enfermedad avanza con
rapidez y los médicos han desechado la posibilidad de curación. Tessa entonces hace una lista
de cosas que quiere hacer antes de morir. La primera: tener relaciones
sexuales con un chico. Su mejor amiga, Zoey, la ayudará a conseguir su objetivo.
La convence para salir, tomar drogas y acostarse con un chico. El padre de Tessa pide a Zoey que la deje en
casa antes de las doce.
Cuando salimos a la calle, le digo adiós a
papá, pero él no me responde. Zoey cierra la puerta.
- A las doce está bien- le digo.
Ella se gira hacia mí en el escalón.
- Escúchame, si quieres hacer las cosas como es debido, tendrás que
aprender a saltarte las normas.
- Pero es que no me importa volver a las doce, de verdad. Además, si no
papá se preocupará.
- Pues que se preocupe, qué más da. ¡Para alguien como tú no hay
consecuencias!
Nunca se me había ocurrido verlo de ese modo.
Hay dos formas de vivir. Una es la de
quien considera que todo termina después de la muerte. No hay nada más. Es el
final, por tanto, cualquier cosa que haga, aquí y ahora, no tiene
consecuencias. Todo empieza y termina en ese acto sea como sea, bueno o malo.
Sin embargo, hay otra forma de vivir. Es la de quien cree en la vida eterna,
que es participar de forma plena en ese amor verdadero que todos deseamos y que
aquí, por mucho que nos empeñemos, nunca vamos a alcanzar.
Cuando vivimos con el corazón puesto en
ese encuentro definitivo con Dios, cuando sabemos que ese Amor nos espera,
cuando tenemos la seguridad de que ir al cielo es como volver a casa…, entonces
no sólo la muerte no es algo dramático, sino que además vivo con
responsabilidad, consciente de que, con mis actos libres, estoy recorriendo un
camino que, con alegrías y penas, tristezas y esperanzas, me conduce a la
verdadera felicidad.
Hoy, en espíritu, estuve en el
cielo y vi estas inconcebibles bellezas y la felicidad que nos esperan después
de la muerte. Vi cómo todas las
criaturas dan incesantemente honor y gloria a Dios; vi lo grande que es la
felicidad en Dios que se derrama sobre todas las criaturas, haciéndolas
felices; y todo honor y gloria que las hizo felices vuelve a la Fuente y ellas
entran en la profundidad de Dios, contemplan la vida interior de Dios, Padre,
Hijo y Espíritu Santo, que nunca entenderán ni penetrarán[1]

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