Contemplar el Misterio

... corramos con alegría hacia Belén, acojamos en nuestros brazos al Niño que María y José nos presentarán (Benedicto XVI)
En cierta ocasión, el día de Navidad, un sacerdote comenzó su homilía diciendo: ante el Misterio sólo podemos callar. Se sentó y guardó silencio durante varios minutos.
En la solemnidad de la Natividad del Señor no se puede hacer otra cosa. ¿Merece la pena escribir algo? ¿No habría que callar? Tengo la impresión de que, cualquier cosa que escriba, pueda estropear algo tan maravilloso. Todo es poco y nada. Ninguna palabra puede hacer sombra a la Palabra hecha carne.
Quién no ha cogido a un niño recién nacido con un cuidado inmenso, pensando que se puede romper porque parece de cristal. Y qué decir cuando ese niño es el Eterno que ha entrado en el tiempo; el Inmortal hecho mortal; el Creador que se presenta como criatura; y el Señor que aparece como siervo.
Y ya he dicho demasiado. Hay que callar. Tenemos que guardar silencio ante el Misterio. Como un pastor más, me acerco al pesebre. El niño duerme. No hay que despertarlo. Me quedo mirándolo, embobado, sin saber qué decir. Contemplo a Dios hecho niño en el portal. Y, como en un susurro, sólo soy capaz de decir: mi Dios, mi Rey, mi Todo.
Te diré mi amor, Rey mío, en la quietud de la tarde, cuando se cierran los ojos y los corazones se abren…
Te diré mi amor, Rey mío, ¡oh Dios del amor más grande! ¡Bendito en la Trinidad, que has venido a nuestro valle!


Comentarios

  1. Muchas gracias por esta reflexión, tan profunda. Cuando nació mi sobrina María, la primera que yo veía de todos mis sobrinos, al cogerla en mis brazos tuve esa sensación de pensar que la podía romper, porque parecía de cristal, y no me cansaba de mirarla... en ese momento atisbé que eso era contemplación si hacía con el Señor lo mismo. ¡Claro! que, a veces la FE se me nubla y no es tan fácil como mirar a mi sobrinita.
    "Dios no quiso mostrarse ni imponerse con su poder, para que temiéndole le adorásemos,
    sino que, más bien, respetando nuestra libertad, prefirió hacerse como nosotros, como Niño indefenso,
    para que enterneciéndonos y fascinándonos, Le quisiéramos y Le adorásemos"
    Un abrazo,y FELIZ Y SANTA NAVIDAD

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